El 12 de julio de 1962, The Rolling Stones daban su primer concierto oficial, en el Marquee Club
de Londres. 50 años después, son la banda en activo más longeva de la Historia
elmundo.es
por Pablo Gil
A los 18 años, Mick Jagger solía revolcarse por el suelo mientras cantaba y gemía como un grotesco perro en celo. Alguna gente le jaleaba, otra reía nerviosa. Otra simplemente entraba en estado de shock. «Mi padre se puso absolutamente furioso conmigo cuando decidí dejar la universidad por el grupo», recordaría después Jagger. «Estoy de acuerdo con él: no era una oportunidad realista de forma de vida. Era algo absolutamente estúpido».
Hacer cosas estúpidas se convirtió pronto en la forma habitual de ser un rolling stone, cuando aquellos chiquillos dejaron de hacer versiones y de correr tras la esencia del blues y del rock & roll, sonidos americanos que idealizaban en su enmohecido mundo de Londres, hace ahora 50 años, con una batería a todo swing, guitarras rítmicas de riffs certeros, un bajo de aliento soul y un cantante sobreexcitado.
En un loco abandono, aquellos intrépidos gozadores de jóvenes muchachas e insaciables probadores del estado alterado de la conciencia tomaron el camino de la perdición. Eran como caníbales: devoraban a todo aquel que se acercara a ellos, ya fueran novias, amantes, amigos, colaboradores, abogados, pirados, camellos o músicos, incluso se devoraron entre ellos mismos. Brian Jones murió en 1969. Keith Richards murió varias veces también, aunque inexplicablemente su corazón siga latiendo, sin que la ciencia haya logrado dar una explicación convincente al respecto.
Adoptaron el rock & roll como una forma de vida y de su forma de vida salió un nuevo rock & roll. De repente, habían atrapado la insatisfacción de la juventud y el espíritu de su tiempo con una virulencia que perforaba años, décadas de educación. En el vertiginoso verano de 1965, '(I Can't Get No) Satisfaction' fue la bisagra hacia ese cambio de paradigma, un single de éxito desproporcionado y de influencia total que aún es considerado una de las mejores canciones en la historia de la música popular. Eran tiempos de rebelión frente a la alienación y el conflicto generacional, pero la suya era una rebelión manifiestamente sexual: su concupiscencia era una máquina de bombear canciones como seísmos carnales.
Aquella música sin conciencia ni moralejas alcanzó su estadio más refinado entre mediados de los años 60 y mediados de los 70, entre el culmen de su etapa londinense (con el álbum 'Aftermath', el primero compuesto íntegramente por canciones propias) y el insuperable cuarteto grabado tras la ruptura con su manager y productor, Andrew Loog Oldham, y con el guitarrista Mick Taylor (después sustituido por Ron Wood): 'Beggars Banquet' (1968), 'Let It Bleed' (1969), 'Sticky Fingers' (1971) y 'Exile on Main St.' (1972).
Mientras tanto, la muerte les rodeaba, flotaba en piscinas, en asientos de coche, en habitaciones de hotel. Sus discos provocaban asombro. Su comportamiento, estupor. Eran leyenda. El nihilismo de aquel circo en ruinas fue 'glamourizado' por varias generaciones que admiraban su interminable autodestrucción: si la música era el destilado de sus vidas, disfrutarla era como experimentar el peligro sin correr riesgos.
Los años 80 fueron el rompeolas de su degradación. El final... Hasta que Jagger decidió que aquella sí que podía ser «una oportunidad realista de forma de vida». Transformó The Rolling Stones en una franquicia, como el empresario que compra de nuevo la fábrica familiar para reabrirla y adecuarla a los nuevos tiempos. Por eso cuando uno de los socios fundadores, Bill Wyman, abandonó la junta directiva en 1993, no sucedió nada de importancia.
Desde entonces, Jagger, Richards, Charlie Watts y Wood interpretan el legado de aquella década gloriosa de 1965-75 con mayor o menor grandeza, según la noche. El espectáculo de la lujuria y la insatisfacción, la esencia del blues y del rock & roll. Algo absolutamente estúpido, algo maravilloso.
The Rolling Stones, tremors of lust, chronic dissatisfaction (Part 1)
On July 12, 1962, The Rolling Stones gave their first official concert at the Marquee Club
London. 50 years later, are the longest active band of History
elmundo.es
by Paul Gil
At 18, Mick Jagger used to roll on the floor as she sang and moaned like a grotesque dog in heat. Some people cheered, laughed another nervous. Another just went into shock. "My father was absolutely furious with me when I decided to leave college for the group," he recalled after Jagger. "I agree with him: it was a realistic chance of lifestyle. It was absolutely stupid. "
Do stupid things soon became the standard way of being a rolling stone, when those kids did not do versions and run after the essence of blues and rock & roll, sounds American in his moldy idealized world of London, it is now 50, with a battery every swing, rhythmic guitar riffs accurate, low breath and soul singer overexcited.
In an abandoned insane, those daring young girls sensualists and insatiable testers altered state of consciousness took the road to perdition. They were like cannibals devour anyone who approached them, whether girlfriends, lovers, friends, colleagues, lawyers, geeks, camels or musicians, even devoured each other. Brian Jones died in 1969. Keith Richards died several times too, but inexplicably his heart still beating, but science has succeeded in giving a convincing explanation about it.
Adopted as a rock & roll lifestyle and way of life came a new rock & roll. Suddenly, they caught the dissatisfaction of the youth and the spirit of his time with a virulence that pierced years, decades of education. In the dramatic summer of 1965, "(I Can not Get No) Satisfaction" was the hinge side of that paradigm shift, a disproportionate hit single and total influence is still considered one of the best songs in the history of popular music. Those were times of rebellion against the alienation and generational conflict, but his was a rebellion overtly sexual: her lust was a machine to pump carnal songs like earthquakes.
That music without conscience or morals reached its most refined stage between the mid 60's and mid 70's, between the height of his London stage (with the album 'Aftermath', the first composed entirely of original songs) and the unbeatable quartet recorded after the breakup with his manager and producer, Andrew Loog Oldham, and with guitarist Mick Taylor (later replaced by Ron Wood), 'Beggars Banquet' (1968), 'Let It Bleed' (1969), 'Sticky Fingers' ( 1971) and "Exile on Main St. ' (1972).
Meanwhile, the death around them, floating in swimming pools, car seats, in hotel rooms. His records caused astonishment. Their behavior, stupor. They were legend. The nihilism of the circus was in ruins 'glamourizado' for generations to admire his endless self-destruction: if the music was the distillation of their lives, enjoy and experience the danger was safely.
The 80 were the breakwater degradation. The end ... Until that Jagger decided that yes he could be "a realistic chance of lifestyle." The Rolling Stones became a franchise, like the businessman who buys back the family factory to reopen it and adapt to changing times. So when one of the founders, Bill Wyman left the board in 1993, nothing happened of importance.
Since then, Jagger, Richards, Charlie Watts and Wood interpret the legacy of that glorious decade of 1965-75 with varying degrees of greatness, as the night. The spectacle of lust and dissatisfaction, the essence of blues and rock & roll. Absolutely stupid, something wonderful.
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