Ronnie Wood , un pintor que toca la guitarra (Parte 5)

«Los Stones fueron mi cebo y yo mordí el anzuelo» (Wood, en 'Memorias de un Rolling Stone')

elmundo.es

por María Jesús Hernández

Algo más que un guitarrista para algo más que rock & roll. Música, drogas y alcohol, un punto extra para formar parte de los Rolling Stones. Y si no, que se lo digan a Ronnie Wood. Sus genes le dieron un plus en las quinielas para sustituir a Mick Taylor —su padre no salía de casa sin su armónica y no era una excepción encontrárselo ebrio en la calle—, «lo llevo en la sangre», decía. Con él no hubo reencuentros lacrimógenos; no era amigo de la infancia ni existían lazos familiares. Tampoco era el mejor con la guitarra, lo sabía él y lo sabían ellos. Pero los criterios de elección iban más allá. Había que seguir el ritmo. No hubo debate: Ron simplemente encajaba. A las puertas: Eric Clapton y Jeff Beck.

Corría 1976 y Ronnie se probaba el uniforme. Sus nuevos compañeros, ya referencia, acababan de adornar las calles de Londres con pintadas que decían: «Es sólo rock & roll». Pero, ¿quién dijo miedo? Él no. Desconoce la palabra complejo. Prueba de ello es que medio siglo después de que se fundara el grupo, nadie puede pensar en los Stones sin que su rostro se cruce.

Su infancia tiene mucho decir en el desmadre de vida que, sin tapujos, ha confesado llevar. Hijo de 'gitanos acuáticos' del Támesis, Ronald David Wood (Londres, 1947) no sufrió necesidades económicas ni vio cómo la depresión invadía a los suyos durante la resaca de la Segunda Guerra Mundial. Guitarra en mano, a golpe de juerga, los Wood enfrentaron las miserias de la época. Padres, hermanos y amigos hicieron beber al pequeño Ron del jazz y el blues desde sus primeros años. El camino estaba marcado: una tabla de lavar fue su primer instrumento y el escaparate de una tienda, uno de sus primeros escenarios.

No fue hasta 1964 cuando pasó a formar parte de un grupo. Fue en The Birds, tenía 17 años. No duró mucho, ni allí ni en The Creation. Después llegó The Jeff Beck Group junto a Rod Steward. Ambos acabarían dejando el grupo para formar el suyo, The Faces. Tiempo después se separarían y seguirían su camino. Bastante afortunado para ambos.

Hasta ese momento, Wood se ganaba la vida de recadero en una carnicería y pintando letreros publicitarios (origen de su otra pasión). Aunque ha sido su perfil de músico el que ha aporreado el mundo, Wood siempre tuvo otra pasión: la pintura. Es más, ha llegado a asegurar que sólo es un pintor que toca la guitarra. Sus compañeros pueden dar fe de ello, han sido uno de los objetivos favoritos de sus pinceles.

Con los Stones, dejó atrás las giras en viejas furgonetas para subirse al avión privado. El mundo se ponía a sus pies y él quiso dejarlo ahí. Consciente de que en más de una ocasión cruzó límites que casi le llevan a perder la vida, llegó a confesar que no fue hasta 2002, con 'Forty Licks', cuando realizó una gira completamente limpio. Drogas de todo tipo, alcohol, sexo… Lo de las «chicas desnudas corriendo por los pasillos del hotel» no es una leyenda urbana, al menos eso cuenta en 'Memorias de un Rolling Stone'. Las adicciones han marcado su vida, también el juego, hasta el punto de caer en bancarrota. Pero en toda esta montaña rusa siempre tuvo a Richards muy cerca. En estas páginas se desahoga y destaca el otro lado de la fama: «He vivido en una cárcel de oro».

Ha sacado discos en solitario; formó un nuevo grupo, New Barbarians, con Keith Richards. «Sólo buscábamos disfrutar de un verano», dijeron. Las idas y venidas han sido una constante en su vida personal y profesional, la estabilidad no ha sido una de sus virtudes. Pero eso era lo que los Stones querían de él. Por eso, Ronnie encaja.

Ronnie Wood, a painter who plays guitar (Part 5)

"The Stones were my bait and I bit the hook" (Wood, in 'Memoirs of a Rolling Stone')

elmundo.es

by Maria Jesus Hernandez

More than a guitarist for more than just rock & roll. Music, drugs and alcohol, an extra point to join the Rolling Stones. And if not, tell that to Ronnie Wood. Your genes gave a plus in the pools to replace Mick Taylor, his father left home without his harmonica and an exception was not meet you in the street drunk, "what's in my blood," he said. With it encounters no tear, no friend of the child or family ties there. Nor was the best with the guitar, I knew him and knew them. But the selection criteria went beyond this. You had to keep up. There was no debate: Ron just fit. At the gates: Eric Clapton and Jeff Beck.

It was 1976 and Ronnie proved the uniform. His new teammates, as reference, had just decorate the streets of London with graffiti that read, "It's only rock & roll." But who's afraid? He did not. Know the word complex. Proof of this is that half a century after the founding of the group, nobody can think of the Stones without crossing his face.

His childhood has much say in the chaos of life with no holds barred, has confessed to carry. Son of 'water gypsies' of the Thames, Ronald David Wood (London, 1947) did not suffer economic needs or see how depression invaded their own during the aftermath of World War II. Guitar in hand, hit spree, Wood faced the miseries of the time. Parents, siblings and friends did drink at Ron small jazz and blues from its early years. The road was marked: a washboard was his first instrument and a shop, one of the first stage.

It was not until 1964 when it became part of a group. It was in The Birds, was 17. Not last long, either there or in The Creation. Then came The Jeff Beck Group with Rod Stewart. Both end up leaving the group to form his own, The Faces. Time then separate and continue their way. Pretty lucky for both.

Until that moment, Wood made his living from errand boy at a butcher shop and painting billboards (the origin of his other passion). Although there has been a musician profile that has battered the world, Wood always had another passion: painting. Moreover, it has come to ensure that only an artist who plays guitar. His teammates can attest to this, have been a favorite target of his brushes.

With the Stones, he left behind in old touring vans to board the private plane. The world was placed at his feet and he wanted to leave it there. Aware that more than one occasion crossed boundaries that nearly led him to lose his life, confessed that it was not until 2002, 'Forty Licks' when he toured completely clean. Drugs of any kind, alcohol, sex ... What of the "naked girls running around the corridors of the hotel" is not an urban legend, at least it has in 'Memoirs of a Rolling Stone'. Addictions have marked his life, also the game to the point of bankruptcy. But throughout this roller coaster Richards always had very close. These pages vents and highlights the other side of fame: "I have lived in a golden prison."

She has released solo albums, formed a new group, New Barbarians, with Keith Richards. "Just looking for a summer enjoy" they said. The comings and goings have been a constant in his personal and professional life, stability has not been one of his virtues. But that was what the Stones wanted it. So Ronnie fits.