Josephine Loewenstein era una bailarina británica , que vivía la dolce vita , hasta que un día se enamoró a un hombre “alemán, católico y sin un centavo”, pero con el apellido ilustre de Loewenstein-Scharffeneck. Este personaje, conocido más tarde como Rupie the Groupie, fue el contable , que durante más de 34 años, puso orden en las finanzas de los Stones, y se convirtió en una especie de “director de banco, psiquiatra y niñera” para ellos.
De esta manera, la princesa Loewenstein , entró en contacto con la parte más íntima del séquito de la banda, de quien recuerda, especialmente a Keith Richards , como una persona “amable, encantadora y brillante”.
Si sus Majestades son, la banda de rock más rica de la historia, es gracias a un príncipe de la rama más pura del Gotha: Rupert Loewenstein , conde de Loewenstein-Scharffeneck, Rupie el Grupie, fallecido en 2014.
Los presentó Christopher Gibbs, precursor del Swinging London. “Mick Jagger le preguntó :
‘¿Quién podría ayudarnos con el negocio? Ganamos muchísimo dinero, pero no vemos una moneda”
Relata la viuda de Rupert, Josephine Loewenstein en " Wind in my Hair: A Kaleidoscope of Memories (Dovecote Press), la autobiografía que acaba de publicar en Inglaterra que da fe de esa época sin paparazzi (ni redes sociales, naturalmente) en la que princesas y estrellas de rock , quemaban la noche en palazzos italianos y mansiones en St. Moritz.
Josephine (Londres, 1931) conoció en Oxford a su marido “alemán, católico y sin un centavo". Fue amor a primera vista, una sensación que nunca me ha abandonado”, evoca. Tuvieron tres hijos, dos de ellos sacerdotes. Viajaron por todo el mundo. En Mustique , alternaban con Margarita de Inglaterra. En la India, se alojaban en el palacio del marajá de Jodhpur. En Venecia, en el de la condesa Anna Marina Cicogna. En la Costa Azul, con Marella y Gianni Agnelli, “un donjuán de la especie más glamurosa”. Pero quienes marcaron a Rupie el Grupie y señora fueron, sin duda, los Rolling Stones.
Se embarcaron en sus giras. Rupert, abstemio y fan de Bártok, trabajaba de noche, por “culpa” del estilo de vida de sus clientes, a quienes aconsejó mudarse al sur de Francia para pagar menos impuestos, o romper su contrato leonino con Decca. Josephine guarda muy buen recuerdo de ellos: “Keith Richards es amable, encantador y brillante. Él y Mick muestran siempre interés en todo, ¡no importa el tema!”.
Bailarina profesional, la aristócrata había sufrido, los rigores de la II Guerra Mundial en Londres, y vivió su propia dolce vita en la Roma de los cincuenta. “Era como si la contienda no hubiese existido. Yo venía de las bombas y los cubos de carbón”. Sus memorias se suman a las de su difunto esposo, A Prince Among Stones, que publicó en 2003 para disgusto de Jagger. “Llámenme anticuado, pero no creo que tu contable , deba airear tus asuntos en público”, sentenció Mick .
Stone Bibliography. 'Wind in my hair: a kaleidoscope of memories' (Dovecote press, 2017), by Josephine Loewenstein
Josephine Loewenstein was a British dancer, who lived the dolce vita, until one day she fell in love with a man "German, catholic and without a penny", but with the illustrious surname of Loewenstein-Scharffeneck. This personage, later known as Rupie the Groupie, was the accountant, who for more than 34 years, put order in the finances of the Stones, and became a sort of "director of bank, psychiatrist and nanny" for them.
In this way, Princess Loewenstein came into contact with the most intimate part of the band's entourage, whom she remembers, especially Keith Richards, as a "kind, charming and brilliant person".
If their Majesties are the richest rock band in history, it is thanks to a prince of the purest branch of the Gotha: Rupert Loewenstein, Earl of Loewenstein-Scharffeneck, Rupie the Grupie, died in 2014.
They were presented by Christopher Gibbs, precursor of Swinging London. "Mick Jagger asked him,
'Who could help us with the business? We make a lot of money, but we do not see a coin "
He relates Rupert's widow, Josephine Loewenstein in "Wind in my Hair: A Kaleidoscope of Memories" (Dovecote Press), the autobiography he has just published in England which testifies of that time without paparazzi (or social networks, naturally) in which Princesses and rock stars, burned the night in Italian palazzos and mansions in St. Moritz.
Josephine (London, 1931) met her husband in Oxford, "German, Catholic and without a penny." It was love at first sight, a feeling that has never left me. " In Marche, with Marella and Gianni Agnelli, in the city of Venice, in that of Countess Anna Marina Cicogna, on the Côte d'Azur, with Marella and Gianni Agnelli, "A donut of the most glamorous kind." But those who marked Rupie the Grupie and Madame were undoubtedly the Rolling Stones.
They embarked on their tours. Rupert, abstemious and fan of Bártok, worked at night, for "fault" of the lifestyle of his clients, who advised to move to the south of France to pay less taxes, or to break his lion contract with Decca. Josephine keeps very good memories of them: "Keith Richards is kind, charming and brilliant. He and Mick always show interest in everything, it does not matter! "
Professional dancer, the aristocrat had suffered, the rigors of World War II in London, and she lived her own dolce vita in the Rome of the fifties. "It was as if the contest had not existed. I came from the bombs and the buckets of coal. " His memoirs add to those of his late husband, A Prince Among Stones, which he published in 2003 to Jagger's dislike. "Call me antiquated, but I do not think your accountant should air your affairs in public," Mick said.
Mick Jagger and Princess Josephine Loewenstein at the wedding of Dorothea's daughter, with Manfredi della Gherardesca, in London in 1998
Mick Jagger y la princesa Josephine Loewenstein en la boda de la hija de esta, Dorothea, con Manfredi della Gherardesca, en Londres en 1998
'Wind in my hair: a kaleidoscope of memories' (Dovecote press, 2017), by Josephine Loewenstein
Prince Rupert Loewenstein, pictured in 1991 with Keith Richards
Príncipe Rupert Loewenstein, fotografiado en 1991 con Keith Richards
No hay comentarios:
Publicar un comentario