Fuente : distritojazz.es
José Manuel Pérez Rey
Grupo: Miles Smiles Músicos: Robben Ford (guitarra), Wallace Roney (trompeta), Rick Margitza (saxo), Joey DeFrancesco (órgano Hammond), Darryl Jones (bajo), Omar Hakim ( batería)
Lugar: Plaza de la Trinidad. 47 Heineken Jazzaldia. San Sebastián
Fecha: 23 de julio de 2012
Con la presencia del supergrupo jazzero Miles Smiles se cerraron los conciertos en la Plaza de la Trinidad dentro de la programación del 47 Heineken Jazzaldia. En una plaza que acogió la mejor entrada de esta edición Robben Ford, Wallace Roney, Joey De Francesco, Darryl Jones, Omar Hakim y Rick Margitza conquistaron al público, que salió encantado, con su propuesta de homenaje a Miles Davis. No en vano, todos los que participan de esta banda tocaron con mayor o menor fortuna, más tiempo o menos tiempo, con el trompetista de Illinois.
La noche arrancó con ‘Splatch’ y a partir de ahí fueron sonando algunos grandes éxitos de Miles Davis, como ‘All Blues’, ‘Jean Pierre’ y, por supuesto, ‘So What’; junto a otras piezas menos conocidas del trompetista como ‘Blues’, ‘Maiyasha’ y ‘Don’t Stop Me Now’.
En Smile Smiles pareció haber dos grupos, por un lado estaba el acústico, con Wallace Roney, Joey DeFrancesco y Rick Margitza, y por el otro estaba el eléctrico con Robben Ford y Darryl Jones, con Omar Hakim en medio de todos ellos. No se trata de decir con esto que la cosa no funcionase, es más bien que allí no parecía existir mucha química y que cada uno hacía la guerra por su cuenta; cuando llegaba el turno de los solos los hacían más que notablemente, al fin y cabo pertenecen a la élite del jazz, pero poco más.
En su rol de continuador del legado de Miles Davis, Wallace Roney aparece como un Davis con unos cuantos kilos de más. Ocultando su rostro tras unas enormes gafas negras, tocó lo que el sabe hacer muy bien, un post bop con clase y un punto de melancolía.
En esta misma onda se movió el saxofonista Rick Margitza, un hombre que puso de manifiesto que pertenece a la escuela de los viejos ‘boppers’, al que lo único que se le puede achacar es que alargó en exceso sus solos. En todo caso, su actitud fue la más sincera de todos los que estaban en el escenario.
Curiosamente un hombre tan expansivo y creativo como Joey DeFrancesco, del que se pudo comprobar su valía el pasado día 20 en compañía del trío de Jimmy Cobb dentro de esta misma edición del 47 Heineken Jazzaldia, pasó prácticamente desapercibido. Su trabajo fue una faena de aliño y pasó con más pena que gloria. Una lástima porque si hay un músico que puede dar juego, es él.
Darryl Jones, que parece recuperado para el jazz tras su larga estancia con los Rolling Stones y en el grupo de Sting, dejó claro lo buen bajista que es y la capacidad para soportar cualquier tipo de música que le echen.
En cuanto al flaco guitarrista Robben Ford, escondido tras un sombrero, hizo solos muy contundentes, que recordaron en sus modos a Jeff Beck, pero a los que les faltó un punto de entrega. Fue muy profesional pero no ofreció sus mejores prestaciones.
El baterista Omar Hakim se convirtió en el centro del concierto. Le pego duro y contundente a los parches, y llevó el concierto a una velocidad de crucero no apta para todos los presentes, pero lo cierto es que se le vio entregado y pasándoselo muy bien.
En definitiva un concierto muy profesional, muy limpio y aseado, con la figura de Miles Davis por todos los lados, que dejó encantado al público.
The sextet Miles Smiles, an entire jazz supergroup has been assembled to pay tribute to Miles Davis / El sexteto Miles Smiles, todo un supergrupo de jazz,se ha montado para rendir homenaje a Miles Davis
The trumpeter Wallace Roney with Miles Davis seemed more kilos and more discreet in a costume. / El trompetista Wallace Roney parecía un Miles Davis con más kilos y con un traje más discreto.
The saxophonist Rick Margitza was the musician most dedicated of all who were on stage. / El saxofonista Rick Margitza fue el músico más entregado de todos los que estaban en el escenario.
Joey De Francesco, perhaps because of the obvious problems he had with the organ, was rather dull. /
Joey De Francesco, acaso por los evidentes problemas que tuvo con el órgano, estuvo bastante apagado.
Bassist Darryl Jones seems to return to his musical roots after a long stay in the rock world. / El bajista Darryl Jones parece que vuelve a sus orígenes musicales tras su larga estancia en el mundo del rock.
Guitarist Robben Ford spent the entire concert tucked in a corner and under a hat. / El guitarrista Robben Ford se pasó todo el concierto escondido en una esquina y bajo un sombrero.
Omar Hakim had a great time to his battery after he hit hard and forcefully, noting what a great drummer he is. / Omar Hakim se lo pasó muy bien tras su batería a la que le pegó fuerte y de manera contundente, dejando constancia de lo gran baterista que es.
Darryl Jones with Miles Smiles, alumni honoring his teacher
Source: distritojazz.es /
Jose Manuel Rey Perez
Group: Miles Smiles Musicians: Robben Ford (guitar), Wallace Roney (trumpet), Rick Margitza (sax), Joey DeFrancesco (Hammond organ), Darryl Jones (bass), Omar Hakim (drums)
Location: Plaza de la Trinidad. Heineken Jazz Festival 47. San Sebastian
Date: July 23, 2012
With the presence of Miles Smiles supergroup closed jazzy concerts in the Plaza de la Trinidad in the programming of 47 Heineken Jazz Festival. In a place that hosted the best entry in this edition Robben Ford, Wallace Roney, Joey De Francesco, Darryl Jones, Omar Hakim and Rick Margitza conquered the public, who left happy, with his proposal to pay tribute to Miles Davis. Not surprisingly, all participants of this band played with varying degrees of success, more time or less time, with the trumpeter of Illinois.
The night began with 'Splatch' and from there they were playing some great successes of Miles Davis, and 'All Blues',' Jean Pierre 'and, of course,' So What ', along with other lesser-known pieces as trumpeter' Blues', 'Maiyasha' and 'Do not Stop Me Now'.
In Smile Smiles seems to have two groups, one side was the noise, with Wallace Roney, Joey DeFrancesco and Rick Margitza, and the other was the power with Robben Ford and Darryl Jones, Omar Hakim in the middle of them all. This is not to say that the thing does not work, it is rather that there seemed to be a lot of chemistry and each made war on their own, when was the turn of the solos that were more significantly, ultimately belong to the elite out of jazz, but little else.
In his role continuation of the legacy of Miles Davis, Wallace Roney Davis appears as a few extra kilos. Hiding his face behind a huge dark glasses, he played what he does very well, a post bop with class and a point of melancholy.
In the same wave moved saxophonist Rick Margitza, a man who showed that belongs to the old school 'boppers', the only thing that can be blamed is that handed over their own. In any case, his attitude was the most sincere of all who were on stage.
Interestingly a man so expansive and creative as Joey DeFrancesco, which could prove his worth on the 20th in company with the trio of Jimmy Cobb in this edition of 47 Heineken Jazz Festival, went virtually unnoticed. His work was a task of dressing and went through more pain than glory. A pity because if there is a musician who can play, he is.
Darryl Jones, who seems recovered for jazz after a long stay with the Rolling Stones and Sting's group made it clear what a good bass player is and the ability to withstand any kind of music you throw.
As for the skinny guitarist Robben Ford, hidden behind a hat, made themselves very forceful in their ways that recalled Jeff Beck, but they missed the point of delivery. He was very professional but offered his best performance.
The drummer Omar Hakim became the center of the concert. I hit hard and strong to the patches, and brought the concert to a cruising speed not suitable for all present, but the truth is that it was delivered and having a fine.
Definitely a concert very professional, very clean and neat, with the figure of Miles Davis on all sides, which left the audience delighted.
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